8 mar 2009

Historia, memoria y violencia en el Perú: Una introducción

La persistencia de la memoria (1931). Salvador Dalí


Memoria. Capacidad mental de conservar y evocar cuanto se ha vivido. Fenómeno psíquico muy complejo en el que entran en juego el psiquismo elemental (rastros que las sensaciones dejan en el tejido nervioso), la actividad nerviosa superior (creación de nuevas conexiones nerviosas por repetición, es decir, reflejos condicionados) y el sistema conceptual o inteligencia propiamente dicha. Actividad específicamente humana en cuanto comporta el reconocimiento de la imagen pasada como pasada.
- Diccionario Psicológico, PsicoActiva.com


"Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras"
- Funes el memorioso, Jorge Luis Borges


Ningún historiador serio niega que la memoria (esa capacidad del cerebro humano para guardar, retener y recordar eventos pasados) es una habilidad y a la vez un misterio. Hay personas que recuerdan más, otros que recuerdan de modo "diferente" o cosas diferentes sobre un mismo hecho, otros que no recuerdan nada así lo hayan vivido, y unos más que "recuerdan" hechos que nunca vivieron. Mnemósine no es un objeto inmutable, es una base de datos en constante formación, destrucción y metamorfosis. No es estática, es dinámica, está viva... como nosotros.

A partir de los numerosos debates sobre la donación alemana por la construcción de un "Museo de la memoria" en el Perú y de su rechazo por parte del gobierno aprista dirigido por Alan García, los comentarios han sido de todo calibre y de todo nivel. Tratando de excavar entre las opiniones sin fundamento y las proclamas políticas (que son muy interesantes para tratar de entender cómo piensa parte de la blogósfera local, pero que no tratan de resolver las preguntas básicas) me he topado con las siguientes inquietudes:

- ¿Qué sería el "Museo de la Memoria"? ¿Un espacio de luto y homenaje? ¿Para quiénes? ¿A qué público estaría dirigido? ¿Es realmente necesario?

- ¿Es posible que este gobierno (o el siguiente), en caso que acepte la donación, pueda construir un real espacio de conocimiento y aprendizaje que nos ayude a conocer y esclarecer nuestro pasado interno? ¿La capacidad de gestión de este gobierno no ha demostrado ser deficiente y la reacción de la "sociedad civil" nula como para asegurar más que un espacio, una red de centros que sean a la vez "espacio de memoria" y espacio vivo de encuentro humano y académico?

- ¿Existe la "memoria nacional"? ¿Existe una "visión nacional" sobre un periodo histórico? ¿Qué tan necesario es buscar una, en aras de un discurso histórico consensuado, o más bien como historiadores nuestra función es reconstruir los hechos lo más fielmente posible y dejar los discursos nacionales a los políticos? ¿Es esta la función moderna del historiador?

- Ya que hay gente que no quiere recordar, que es tanto su derecho como puede ser una condición psicológica derivada de un trauma muy fuerte, ¿qué tan "nacional" sería este museo? ¿No hay que respetar el deseo de silencio amnésico de estas personas que ha sufrido la violencia? ¿Y qué sucede con los que sí quieren recordar? ¿Son ellos menos importantes si son una minoría?

Y como ejemplo de esto último cuelgo este cuadro:

Fuente: Blog de Martín Tanaka
(Hacer click para agrandar)

La pregunta que más me interesaría trabajar es la última. Pero tocando los temas más de fondo, no únicamente las generalizaciones de lo que "la gente" quiere hacer o no. ¿Por qué recordamos, por qué olvidamos, por qué no queremos recordar, por qué queremos que ciertos recuerdos sean tomados como paradigmáticos y reconocidos por la colectividad?

Y por último ¿cuál es la relación entre memoria e historia? Y más aún, ¿cuál es su aplicación práctica para el caso de la historia reciente sobre el Conflicto Armado Interno peruano? Es imposible en un único post, así que en las semanas siguientes trataré de resolver estos temas uno a uno desde mi punto de vista.

Para empezar (y para que este post tenga algo de carne), les recomiendo el texto de Joël Candau, Antropología de la Memoria. Les dejo el capítulo quinto, titulado "Memorias y amnesias colectivas", y rescato un fragmento:

"No puede existir historia sin memorización y el historiador se basa, en general, en datos vinculados a la memoria. Sin embargo, la memoria no es la historia. Ambas son representaciones del pasado, pero la segunda tiene como objetivo la exactitud de la representación en tanto que lo único que pretende la primera es ser verosímil. Si la historia apunta a aclarar lo mejor posible el pasado, la memoria busca, más bien, instaurarlo, instauración inmanente al acto de memorización. La historia busca revelar las formas del pasado, la memoria las modela, un poco como lo hace la tradición. La preocupación de la primera es poner orden, la segunda está atravesada por el desorden de la pasión, de las emociones y de los afectos. La historia puede legitimar, pero la memoria es fundacional. Cada vez que la historia se esfuerza por poner distancia respecto del pasado, la memoria intenta fusionarse con él. Finalmente, si no existen sociedades sin memoria ni sociedades sin historia, la Historia en tanto disciplina científica no es una preocupación compartida de la misma manera por todas las culturas: en este campo, el abanico va desde el desinterés total a la pasión absoluta. Estas son las primeras oposiciones que se nos aparecen cuando comparamos la disciplina histórica con la facultad de la memoria. Halbwachs distinguió entre la “memoria histórica”, que sería una memoria prestada, aprendida, escrita, pragmática, larga y unificada y la “memoria colectiva” que, por el contrario, sería una memoria producida, vivida, oral, normativa, corta y plural." (Candau, P. 1)
Texto completo (Candau, Joël. Antropología de la Memoria, Capitulo V, Nueva Visión, Buenos Aires, 2002, pp. 56-86), aqui.

Sobre el debate en la blogósfera, recomiendo los siguientes post y el debate derivado de los mismos:

La memoria y el museo de la memoria (2) (Virtù e Fortuna, blog de Martín Tanaka)

Museo de la Memoria: cuestiones de principio (Blog del filósofo Gonzalo Gamio)

El discurso oficial contra el Museo de la Memoria (Utero.pe, ver sus enlaces)

Mi memoria no es la tuya (Texto del sociólogo Carlos Meléndez en el Utero.pe) y la respuesta de Daniel Salas en el Gran Combo Club (ambas recomendables y de lo mejor que se ha escrito hasta ahora).

Batallas por la memoria: a propósito de un museo, la historia y la violencia política (Héctor Huerto, en Ahora y en la historia)

Y finalmente, sé que el historiador José Ragas está trabajando este tema en su blog Historia Global Online, en el cual dentro de poco veremos un interesante enfoque de este "fenómeno psíquico muy complejo".

Si te gustó, vótalo en
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Hallam, Elizabeth. Death, Memory and material culture. Oxford: Berg, 2001.

Regalado de Hurtado, Liliana. Clío y Mnemósine estudios sobre historia, memoria y pasado reciente. Lima: PUCP, UNMSM, 2007

Dijksterhuis, Albert Jan. Stereotypes and memory: the effects of a posteriori stereotypes on recall of social information. Nijmegen: Offsetdrukkerij Ridderprint B.V., Ridderkerk, [1996]

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Revista Memoria (IDEHPUCP), Nº 1. Lima, agosto 2007. (en PDF)

El resto de números, aqui.


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La memoria en LBH

El Conflicto Armado Interno en LBH


14 comentarios:

Héctor Huerto Vizcarra dijo...

Quedo a la espera del desarrollo del tema. Gracias por la mención de mi texto.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Jorge:

Excelente. Muchas gracias por la mención. Tu post es muy agudo y aporta buenos argumentos y datos importantes. Hay que ampliar el espacio de la discusión sobre este tema (preocupa la estrechez con la que se está discutiendo el asunto en los medios).

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Mis saludos,

mmhhmm... de su post rescato esta parte de la pregunta, muy buena, porque simple y clara: ¿Por qué recordamos, por qué olvidamos, por qué no queremos recordar?

se la respondo alturadamente aquí:

http://geviert.wordpress.com/


saludos

Schlaukopf von Winterweide

Jorge Luis Valdez Morgan dijo...

Dale, no me molesta tu publicherry, yo también lo hago. Y de paso "descargamos" el blog de Gonzalo que ha estado recalentado, aunque la cantidad de visitas debe haberle gustado. Ha tenido más comentarios que muchos del Utero por ejemplo y muchísimos más que en el del Tercer Piso.

¿Blog-ágora o ágora virtual? ¿Cómo lo llamarías tú, Gonzalo?

Anónimo dijo...

"...yo también lo hago...". Exacto. Ahora sabe porqué lo hago yo, a su vez, en su Blog-ágora...

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Jorge:

Suena mejor ágora virtual. Habría que sentar sus bases, y convertir los blogs en foros cívicos.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Geviert-Kreis:

He leído tu extenso, riguroso y exhaustivo texto, muy bueno. Se sigue muy bien que las medidas de ambos gobiernos obedecen a sus agendas. Se echa de menos una posición crítica - más personal - de las mismas. Ya ha hablado el científico, y muy bien ¿Y el indivíduo / ciudadano?

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Hola Jorge, te felicito por este proyecto y seguro voy a seguir leyendo ...
Saludos, Franka

Anónimo dijo...

Gonzalo, la "posición personal" del "individuo/ciudadano" Geviert-Kreis según mi lectura de su aporte, está muy presente, aunque es cierto que se hace pasar por apolítico y meramente "científico". Permitan que señale algunos de los aspectos que revelan la posición personal que asume Geviert-Kreis (en cuanto al caso alemán), aunque tendrán que disculpar que no voy a citar nada de literatura científica, que no tengo nada a la mano.

Las sutilezas del discurso (ultra-)derechista/revisionista alemán fácilmente se le escapan al lector no familiarizado con él, por ello quisiera compartirlos con ustedes, ya que creo que me resulta un poco más facil que a la mayoría de ustedes (debido a que soy alemana, hablo alemán y vivo en Alemania, de forma que me veo confrontada con ellos a diario). Esta lectura mía resulta aun más verosímil cuando una revisa los enlaces que menciona Geviert-Kreis al lado de su artículo, que todos llevan a publicaciones, instituciones y blogs de la ultraderecha alemana. Este detalle de las simpatías políticas de Geviert-Kreis, reflejadas en los links que menciona en su blog, es algo que quisiera resaltar, porque en cuanto a la retórica de su análisis me parece relevante: Geviert-Kreis asume - y al parecer con éxito - una posición pseudo-neutral, atribuyendo intenciones políticas solamente a la oposición política y a los gobiernos polaco y ruso. Por ejemplo, uno de los links lleva al "Institut für Staatspolitik", una institución que tiene entre sus publicaciones más recientes un libro llamado "Mi honor se llama arrepentimiento - El orgullo de culpa de los alemánes". La presentación del libro dice que "luego de la reunificación, los alemanes han interiorizado la recriminación de la eterna culpa colectiva a tal nivel que quieren defender el primer puesto de la jerarquía de la culpa a todo precio - al precio de una identidad negativa. Eso no significa náda menos que la redefinición absoluta de términos como Honor y Orgullo..." Obviamente, el tema de la gestión de la memoria es un tema que preocupa a este sector político también. Dicha publicación es tan sólo un ejemplo entre muchos.

En cuanto al artículo de Geviert-Kreis, la "posición personal" resultá más visible en las sutilezas del idioma. Quiero resaltar tan sólo tres ejemplos, aunque seguramente hay más. La narración de la suerte de los desplazados alemanes que desarrolla Geviert-Kreis (en forma de una pequeña sinopsis de "datos históricos") empieza al usar el término de la "deportación" para hablar de lo que en realidad eran actos de desalojamiento y expulsión o bien desplazamiento forzado (el castellano de Geviert-Kreis es sumamente bueno, como todos saben, de forma que no sirve de excusa y menos aun considerando que el término alemán de "Deportation" tiene un significado muy claro). Esto resulta muy importante en el caso alemán porque todos sabemos cual era el destino de la mayoría de las personas para quienes en efecto se usa el término de la deportación.

La comparación del destino de las víctimas del genocidio facista con él de los desplazados a quienes se refiere Geviert-Kreis se hace aun más clara cuando menciona la cifra de 10 millones (en negritas) que sirve para relativizar la suerte de los 6 millones de judíos asesinados por los "Alemanes" (me da cosa reproducir esta distinción judíos-alemanes, ya que muchos de los judíos eran alemanes, pero es lo históricamente correcto).

Luego, el tercer coup de gestión histórica que hace Geviert-Kreis es la personificación de los desplazados alemanes en "mujeres, niñas y ancianas" que aun hoy en día (e ignorando los buenísimos trabajos de historiadoras feministas que investigaron el rol de mujeres alemanas dentro de los sistemas de represión facista y colonial) sirven de sinónimo de lo pasivo, victimizado. Esta versión del desplazamiento forzado, que retrata a la población desplazada como completamente inocente y que calla los desplazamientos forzados (y, ahora sí, también deportaciones) que sufrieron las poblaciones polacas, rusas, judías alemanas, roma y sinti, la oposición izquierdista etc. etc. es esencial para la política de la historia de los autollamados "desplazados de la patria". Y es sumamente falsa, porque reproduce la imágen del sistema de represión facista que hace una clara distinción entre los "oficiales" (léase: los malos) y la población civil (léase: los buenos que eran los verdaderos víctimas del supermalo Hitler). Especialmente en el caso de las deportaciones (y ahora estoy hablando de las deportaciones y no del desplazamiento forzado) el número de instituciones y personas individuales - del portero de la casa donde vivía la persona deportada al oficial que cerraba el agua luego de la deportación al cerrajero que cambiaba las chapas de su casa al ... etc. pp. - era tan pero TAN sinfín que esta distinción no es sólo inadecuada sino incluso ridícula (en verdad era aun más perversa al incluir a las mismas grupos de personas amenazadas por la deportación que colaboraban porque pensaban que al hacerse útiles podrían sobrevivir).

Finalmente, lo que más indecente me parece de la comparación de los casos alemán y peruano es el hecho de que se trata de casos fundamentalmente distintos - en el caso alemán lo que está en debate es si la populación de un Estado que cometió atrocidades de magnitud históricamente única pueda asumir una posición de víctima, negando de tal forma la propia responsabilidad y el contexto históricos o no. En este sentido los críticos del "centro en contra del desplazamiento forzado" se dirigen contra intentos de relativizar la responsabilidad histórica de los alemanes y de redistribuir los roles de víctimas y victimarios. Mientras tanto, en el caso peruano la "agresión" contra el museo de la memoria proviene de medios políticos que prefieren el olvido por su propio papel en las atrocidades que se quieren recordar.

En fin. Espero haber aportado algo al debate. (Disculpen el largo post - no tengo mi propio blog...)

Saludos,
Franka

Jorge Luis Valdez Morgan dijo...

Franka, gracias más bien por la calidad y contundencia del comentario. Genial que no llenes de citas ni autores, no hay nada como la clara visión de alguien que conoce el tema de cerca.

De lejos el mejor comentario que ha recibido este blog. No tengo problemas con el largo de los comments.

Héctor Huerto Vizcarra dijo...

Jorge, te dejo un comentario que deje en el post de Salas, en el GCC.

Por cierto, algo que se tiene que tomar en cuenta en estos debates sobre la memoria es el concepto sobre la historia del presente. Lamentablemente en el Perú parece ser poco difundido. La historia del presente reivindica las investigaciones históricas que se hacen de los últimos 50 años. Es decir, ya no señala que la historia se puede investigar desde 50 años para atrás, sino que también el historiador puede plantearse la labor de investigar en terrenos que usualmente estaban dedicados a la sociologia, antropologia o ciencias políticas. Esto evidentemente, implica una renovación en cuanto a las metodologias a usar.

EN fin, sin ampliarme más, recomiendo el siguiente libro:

Aróstegui Sánchez, Julio. La historia vivida. Sobre la historia del presente. Madrid: Alianza, 2004.

Héctor Huerto Vizcarra dijo...

Asimismo Jorge, yo te instaría a replantearte el subtítulo de tu blog. Me parece que haces más historia del presente, pero tampoco quiero parecer tu psicoanalista.

Un saludo

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Franka:

Excelente aclaración. Ahora tenemos un horizonte más amplio para juzgar el paralelo que hace Geviert-Kreis.

Saludos,
Gonzalo.

Jorge Luis Valdez Morgan dijo...

Héctor, gracias por la cita y por el comentario.

He revisado mucho los planteamientos y debates de los "límites temporales" de la historia y la cosa va así. Para muchos historiadores -académicos tradicionales en su mayoría- no se puede hacer historia de los últimos 20 o 30 años, más de lo que dura una generación, pues la mayoría de los procesos históricos podrían estar "inacabados" y el historiador podría pecar de subjetivo y "patinar" con su tema.

Es muy grato ver que los historiadores modernos no pensamos así. Para nosotros no hay "espacios sagrados" en la historia y podemos "historizar" el pasado apenas éste sucede (es decir, apenas el presente deja de serlo, es decir, a los 3 segundos... estoy caricaturizando a partir de un texto de Eduardo Martínez aqui: http://www.tendencias21.net/El-presente-es-inalcanzable-para-el-cerebro_a485.html).

Es cierto que en las últimas décadas los sociólogos, abogados y otros académicos han reemplazado a los historiadores en sus discursos sobre el pasado reciente, pero es algo que lentamente se está revirtiendo gracias a nuevas generaciones de historiadores que están tocando temas cada vez más actuales, y en eso la Guerra Interna ha tenido un papel fundamental.

Mi blog podría llamarlo "Blog de historia del tiempo presente" o "Blog de historia actual" para ser más exactos con los términos (ver el texto de Carlos Barros Guimeráns, http://www.historia-actual.com/hao/Volumes/Volume1/Issue9/esp/v1i9c16.pdf) pero eso me limitaría a tratar únicamente esos temas. Ya me han propuesto escribir algo sobre siglo XIX también, pero no, a mi me gusta el siglo XX y mi blog es estrictamente de "Historia Contemporánea", la que se inicia con 1900 o con 1914 y la que continúa hasta el día de hoy.

Es decir, considero que la "Historia Contemporánea" incluye a la historia del presente, por supuesto.

Gracias por el comentario.