16 sept 2009

Cine y conmemoración: los bicentenarios peruanos


El año 2021 se cumplirán 200 años desde la independencia del Perú y, coincidentemente, de la república peruana. En las últimas décadas las celebraciones y conmemoraciones han sido austeras, centradas en un te deum, un presidencial mensaje a la nación y en una parada militar. No es de sorprenderse que la Iglesia católica y el ejército (montoneras en realidad) hayan sido las dos instituciones más fuertes de los albores de la República, mucho más que el Estado. Hace casi un siglo, la celebración del centenario transformó la ciudad en un intento por ampliarla, embellecerla y modernizarla... en medio de un mar de actos de corrupción. Cuando José de San Martín, el 28 de julio de 1821 proclamó que el Perú y los peruanos éramos libres, el Virrey José de la Serna viajaba hacia Cusco, donde continuaría su gobierno colonial durante 3 años más.

A diferencia de la mayoría de países de América Latina, el proceso de independencia en el Perú fue tan traumático que pocos hitos son recordados en sus aniversarios. Por ejemplo, a la entrada de San Martin a la ciudad de Lima, se estaba produciendo una rebelión de esclavos y habían saqueos de tiendas de españoles, pero los enfrentamientos sociales estaban sólo empezando. En Chile, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia no tienen mayores problemas para definir las fechas de inicio oficial de las conmemoraciones, los aniversarios de sus respectivas juntas de gobierno creadas todas en 1810. El Perú no tuvo junta de gobierno, pues la mano férrea del virrey José Fernando de Abascal, apoyado por las élites criollas, no sólo mantuvo el orden monárquico fiel a Fernando VII, sino que logró doblegar a más de una junta de gobierno fuera de su jurisdicción.

Varios países están organizando una larga conmemoración de los bicentenarios independentistas, en las cuales se enfatiza su carácter de proceso histórico, se da tiempo y espacio a los debates, se desarrolla un festival de espíritu republicano y finalmente se celebra una fiesta de sentir nacional. Y en algunos países ya se barajan las primeras actividades, como en México, donde la temática independentista va ser transportada al cine y a la televisión, para retratarla "alejada del estereotipo de las estampas escolares". El filme Moliere-Hidalgo, dirigido por Antonio Serrano y proyectado a estrenarse entre el 2010 y 2011, toca uno de los temas centrales de cualquier proceso de independencia: sus líderes. En el Perú, no tenemos ningún largometraje acerca de nuestra independencia, salvo la referencia inexacta con Tupac Amaru (Federico García, 1984) o indirecta, con Melgar, el poeta insurgente (Federico García, 1982).

Más aun, si planeáramos un filme como el de Serrano, tendríamos problemas en decidir a quién poner de protagonista. El último personaje incorporado como precursor de la independencia es a la vez el más antiguo. La representación de Túpac Amaru y su rebelión fue levantada por el gobierno militar de 1968-1975, sin importar que la reacción española y criolla provocó un férreo control de la protesta social y un miedo desmesurado al levantamiento popular. ¿Se debería celebrar, el 2014, el bicentenario de la rebelión de los hermanos Angulo en Cusco, la misma que de triunfar hubiera podido acelerar el proceso de independencia y, como aseguró Jorge Basadre,
darle un carácter más plural en lo social? Antonio Zapata propone celebrar el 2012 por la participación peruana de las Córtes de Cádiz y el levantamiento de Francisco de Zela en Tacna. Quizá ambas cosas, y así irnos preparando para el 2021-2024, porque, siendo realistas, no tenemos muchas fechas que celebrar hasta el desembarco de San Martín en 1820 y los primeros gritos separatistas de la costa norte. Pero de allí tenemos tres años en los que el tema del proceso de independencia, de construcción del Estado-Nación y el debate de los paradigmas republicanos democráticos deben ser centrales en publicaciones, programas educativos, festivales, exposiciones, manifestaciones artísticas, debates académicos, sin rehuir las interpretaciones y revisionismos, menos aun al debate político que será inevitable.

En la medida que las celebraciones sean coordinadas entre los diferentes gobierno regionales y el central, contaremos con una celebración descentralizada e, imaginariamente, más nacional. Quizá algunos viejos temas ayuden a refrescar debates actuales y ayudar a resolverlos, o al menos a verlos con nuevos ojos. Tanto las iniciativas cinematográficas mexicanas como la nutrida agenda chilena sobre el tema son buenos ejemplos para aprender e imitar. En todo caso son mucho más útiles que una plaza o un monumento.


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Bicentenario (Antonio Zapata. La República. 16 de setiembre del 2009).

Centro de Estudios Bicentenario (Los historiadores peruanos y peruanistas son los primeros científicos sociales que están poniendo el tema en debate).

Camino al Bicentenario de la República peruana, 1821-2021 (Carmen McEvoy, en Historia Global Online)

La Independencia va al cine y a la televisión (El Universal).

"Bolívar le falló a San Martín al negarle soldados" (Entrevista a John Lynch. En: La Nación. 18 de agosto del 2009).

Bicentenearios (Desde el tercer piso)

2 comentarios:

Jorge dijo...

Hola Jorge:
Primero, felicitarte por tu blog, y segundo, comentarte que al igual que con el cine, tampoco hay muchas otras artes que traten el tema de la independencia del Perú. Hay muy pocas novelas históricas sobre esa época, no hay comics, etc.
Justamente ese es el tema que trataré el 28 de julio en mi blog quebuenahistoria.blogspot.com donde, con tu venia, pienso hacer una mención a éste artículo tuyo.Gracias.
Saludos
Jorge Málaga

Jorge Luis Valdez Morgan dijo...

Jorge, muchas gracias por tu comentario, estoy viendo tu blog ¡Qué buena historia! y está excelente, lo voy a recomendar.