Coincido con el colega José Ragas y con los comentarios del Reportero de la Historia acerca del rechazo a la constitución de un sindicato de historiadores que vele por los "intereses" de la profesión. El problema de estos "colegios" que agrupan a los profesionales liberales es que normalmente representan una visión oficial u oficiosa de la profesión y limitan su diversidad y pluralismo.
Los alcances del proyecto de ley son absurdos, como cuando exige la titulación para el ejercicio de la profesión, cuando bien se sabe que muchas universidades titulan con un pésimo nivel y con un concepto atrasado y reaccionario de la Historia. Un cartón no asegura la capacidad profesional de la persona, y es ya un lugar común decir que Jorge Basadre o Raúl Porras Barnechea no hubieran podido publicar libros de historia ni enseñarla si hubiera existido esta ley. Demás está mencionar que la comunidad de historiadores jóvenes vamos a oponernos a este intento por deformar y controlar el ejercicio de una ciencia social tan venida a menos en nuestro país, y no por desprestigio, sino por desidia, algo que difícilmente podrá cambiar un "Colegio de Historiadores". Ya imagino dicha institución involucrada en actos de corrupción, componendas y argollas.
El Reportero menciona un punto interesante:
Los alcances del proyecto de ley son absurdos, como cuando exige la titulación para el ejercicio de la profesión, cuando bien se sabe que muchas universidades titulan con un pésimo nivel y con un concepto atrasado y reaccionario de la Historia. Un cartón no asegura la capacidad profesional de la persona, y es ya un lugar común decir que Jorge Basadre o Raúl Porras Barnechea no hubieran podido publicar libros de historia ni enseñarla si hubiera existido esta ley. Demás está mencionar que la comunidad de historiadores jóvenes vamos a oponernos a este intento por deformar y controlar el ejercicio de una ciencia social tan venida a menos en nuestro país, y no por desprestigio, sino por desidia, algo que difícilmente podrá cambiar un "Colegio de Historiadores". Ya imagino dicha institución involucrada en actos de corrupción, componendas y argollas.
El Reportero menciona un punto interesante:
"La propuesta es tan torpe que no repara en el hecho de que la historia o cualquier producto historiográfico es ante todo un trabajo intelectual, un producto del pensamiento, y que por tal motivo no puede ser controlado por ley sin caer en la violación del derecho universal de la libre expresión. Cuántos hombres de ciencia o de humanidades, periodistas o intelectuales, que en algún momento escribieron un trabajo de historia o que quisieran hacerlo se verían perjudicados con una ley como ésta. Si lo que pretende semejante disparate es proteger el mercado laboral del historiador, debió redactarse en otros términos y con otros argumentos." (Sobre el colegio de historiadores)
Estoy de acuerdo con la conceptualización del trabajo del historiador realizada por el Reportero, pero no creo que se deba proteger el mercado laboral del historiador, pues por lo mismo que se trata de una profesión que depende de la libertad de expresión y del trabajo intelectual, nuestros "límites laborales" son muy difusos y nos pueden encontrar en una dependencia de gobierno hasta en una consultora privada, además de los sectores más comunes: prensa y docencia. Yo no quiero a nadie que me diga cuál es mi campo laboral y cuál no, cuando la idea es abrirnos nuevos y más amplios caminos y ganar un prestigio a través del debate y de la contundencia de nuestras ideas y la novedad de nuestro análisis.
Sí podría servir, si se quiere hacer algo, es una especie de consejo de revisiones que vea casos de plagio o fraude y los anuncie públicamente para desprestigio del autor. Porque a diferencia de lo que Borges menciona lúcidamente para la literatura, la historia no es plagio. Y tampoco es ponerse candados mentales o intelectuales. Así es, don Jorge Basadre, revuélquese en su tumba.
Sí podría servir, si se quiere hacer algo, es una especie de consejo de revisiones que vea casos de plagio o fraude y los anuncie públicamente para desprestigio del autor. Porque a diferencia de lo que Borges menciona lúcidamente para la literatura, la historia no es plagio. Y tampoco es ponerse candados mentales o intelectuales. Así es, don Jorge Basadre, revuélquese en su tumba.
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Proyecto de ley Nº 904-2006-CR
Acta de sesión del Congreso de la República (7 de abril 2009)
Asociación de Historiadores de Arequipa (impulsores del proyecto)
Carta abierta sobre la creación del Colegio de Historiadores del Perú (HGO)
Sobre el Colegio de Historiadores (Reportero de la Historia)
3 comentarios:
la direccion de ahirsa es http://ahirsa2009.blogspot.com/2009_04_01_archive.html
Mi estimado Jorge:
La redacción de mi texto, aparentemente, resultó ambigua ya que yo no estoy de acuerdo con la creación de este Colegio Profesional ni siquiera para la defensa del mercado laboral del historiador. Lo que quise decir es que si esa era la intención, lo cual me parece aceptable y entendible, aunque no no esté de acuerdo en ello, la propuesta debió formularse en esos términos y no en los que se hizo que terminó convirtiéndola en un verdadero disparate. Al igual que tú, también creo que el ejercicio profesional del historiador, con esta propuesta, se vería igualmente afectado. Te lo dice que trabaja hace veinte años en el periodismo como historiador.
Un abrazo.
Jorge Moreno
www.reporterodelahistoria.com
Algo muy importante para mi es la idea de que se esté creando una entidad controladora del ejercicio de historiador solo para asegurar puestos de trabajo. Lo que debería primar es la excelencia académica y el esforzarse por ser mejor académico o profesor investigando y publicando, y no el "cartón", como dice Jorge. Para aclarar mejor mis ideas, el hecho de tener un cartón no quiere decir que alguien sea un buen historiador. Por ello, si alguien quiere ser contratado, debe ser por sus méritos y no simplemente por haber completado una currícula. Espero que esto sea tomado en cuanta por los congresistas que tienen el proyecto en sus manos.
Adolfo Polo y La Borda
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